Sunday, April 02, 2017

Cuidado con las profecías del fin del mundo - Dror Eydar - Israel Hayom



El ex director del Mossad, Tamir Pardo, hablando en una conferencia sobre seguridad y estrategia organizada por el Colegio Académico Netanya, esbozó una visión sombría para el futuro de Israel a menos que la cuestión palestina se resuelva. Él culpó a Israel por enterrar su cabeza en la arena e ignorar una amenaza existencial.

Uno se pregunta por qué realizó esta declaración, como si hubiera cualquier otro tema en el que los gobiernos de Israel se hubieran centrado más que en el conflicto palestino-israelí. Este tema también ha sido el foco principal del discurso público y de los medios de comunicación durante cerca de un siglo. A diferencia del lado judío-israelí, la parte árabe-palestina nunca ha dado su consentimiento para declarar el final del conflicto y de todas sus demandas, incluso si las satisfacieran en su totalidad.

Estoy convencido de que cuando se trató de proponer operaciones del Mossad, Tamir Pardo fue capaz de pensar "fuera de la habitual", pero cuando se trata del conflicto palestino-israelí murmura algo acerca de la ocupación, el problema demográfico, y sobre qué tipo de país se legará a nuestros hijos.

Pardo habló de la "ocupación" en Judea y Samaria, sin embargo Israel ya no está presente en la Franja de Gaza y todavía es visto como un ocupante. ¿Y lo de los árabes israelíes? ¿El tener el derecho al voto mitiga su supuesta "ocupación"? El liderazgo del sector árabe no acepta su ciudadanía israelí y se esfuerza por revocar la naturaleza judía de Israel. ¿Los presos que tienen el derecho a votar por sus guardianes se sienten más libres?

En cuanto a la cuestión demográfica, Pardo nombró a los palestinos de Gaza como una amenaza para el carácter judío de Israel y para el sionismo. ¿Por qué? Gaza alberga una entidad independiente de Hamas. En cuanto a Judea y Samaria, Pardo habló de entre 2 millones y 2,5 millones de palestinos. Sin embargo, desde hace más de una década solamente se ha realizado una encuesta seria de población, y aun así los demógrafos nos han estado intimidando con una mayoría árabe desde el momento de la creación de Israel hasta ahora.  La encuesta fue publicada por el Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos y sus conclusiones, que hablan de 1,75 millones o menos palestinos, han sido confirmadas por Nicholas Eberstadt, un demógrafo del American Enterprise Institute.

Por otra parte, decenas de miles de palestinos salen cada año: el teniente coronel Eyal Zeevi de la Administración Civil estima que solamente unos 175.000 palestinos han salido de Judea y Samaria a través del cruce de Allenby en los últimos 15 años. ¿Qué pasa con los que se fueron a través de otros puestos fronterizos?

Al igual que otros oficiales de defensa y por supuesto políticos, Pardo habla de "resolver" la cuestión palestina, ¿pero están dispuestos a deshacerse de su fijación y atreverse a pensar que puede que no haya una solución? La solución está vinculada a la percepción causal de la filosofía occidental, que busca una causa en todos los fenómenos. Por lo tanto, si encontramos la causa del problema, podemos encontrar una solución.

Se trata de una visión racionalista que supone que ambas partes comparten una percepción similar de la realidad y unos valores similares. Miren a su alrededor, ¿realmente compartimos una lógica similar? Incluso la percepción del tiempo en el Oriente Medio es diferente a la de Occidente. En este ámbito, la cuna de la civilización humana, no todos los problemas tienen una solución , y 100 años son un mero punto de luz en un continum que abarca milenios.

Hace sólo 73 años, en el 1944, el exterminio de los judíos alcanzó su cumbre. A los pocos meses más de 500.000 judíos, transportados desde Hungría a los campos de la muerte, fueron exterminados. Al mismo tiempo, la comunidad judía en la Palestina británica tenía menos de 500.000 judíos. La lógica no se prestaba a la posibilidad de establecer un Estado judío independiente sólo cuatro años más tarde, sobre todo ante unos ejércitos superiores; y ciertamente no se prestaba a la posibilidad de que un millón de inmigrantes harían aliya una década más tarde. Incluso un libro de ficción cuya trama hubiera planteado la posibilidad de que el Estado judío con el desarrollo económico, cultural, científico, religioso y tecnológico actual, habría sido calificado como una locura.

Las opiniones de los Pardo y otros funcionarios de defensa no son mejores que las de cualquier otro. La experiencia del ex jefe del Mossad recae en la defensa de Israel, pero no es un experto en el futuro de Israel o en el objetivo sionista. Pardo ha optado por una de las partes en un antiguo debate entre dos escuelas históricas: la revolución contra la evolución lenta; acelerar el final frente a los que se oponen a calcularlo.

El profeta Isaías, hablando de la redención de la tierra y el pueblo, resolvía ese problema diciendo: "El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo, el Señor, haré que en su momento eso se cumpla pronto" (Isaías 60: 22). Las últimas palabras ilustran la diferencia entre los que suscriben la escuela de pensamiento de "acelerar la solución", ese deseo de que el final venga más pronto que tarde, y los que suscriben la escuela de pensamiento de "en su momento", prefiriendo ser pacientes y creer que la redención vendrá a su debido tiempo, en un proceso histórico más sólido que cualquier profecía del fin del mundo.

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